martes, 14 de septiembre de 2010

De veranos y viajes I (Valhermoso - Stuttgart)

Hola chic@s.

Lo prometido es deuda, aunque sea con varias semanas de retraso. Tenéis que perdonarme. Tras volver de los 8 días en Stuttgart y Munich me encerré 4 días a descansar de las vacaciones. Parece mentira pero la edad hace mella y ahora tras un viaje en avión necesito unas horitas de descanso, así que imaginar tras dos aviones y 4 trenes.

Pero bueno, aquí va el primero de los relatos de mi viaje. Todavía no se en cuantos post voy a editar el viaje de 8 días, así que veremos cómo va saliendo la cosa.

Parece mentira pero mis vacaciones comenzaron el día 6 de agosto cuando salí directo del trabajo hasta Valhermoso. Allí pasé varios días disfrutando de las fiestas y orquestas, aunque la última noche fue algo estresante, porque me acosté a las 8 de la mañana y cogía un avión ese mismo día a las 8 de la tarde.

Ya podéis imaginar el camino desde Valhermoso hasta barajas (casi 3 horas de tortura) y el vuelo. Además mi llegada a Stuttgart a eso de las 23h de la noche no fue nada fácil. Llegué al hostal casi a la hora de cerrar y por poco me quedo sin cenar. Eso fue un jueves por la noche y prácticamente llevaba 48 horas sin dormir.

El viernes el día comenzó muy pronto. A las 8 de la mañana salí a pasear por una de mis ciudades de acogida, Stuttgart. Sabía que había quedado con dos de mis mejores amigas (Tanja y Bettina) por la tarde-noche así que tenía el día entero para mi.

Como podéis ver por las fotos el día amaneció nublado, pero poco a poco mejoró.


La tarde, acompañada de siesta española (no por estar fuera de España tenemos que olvidar las costumbres) llegó deprisa y la velada con Bettina y Tanja fue genial. Las chicas son un cielo y la verdad es que soportan pacientemente mis fallos, idas, venidas y balbuceos con el idioma, jejeje. Ahora comienzo a entender por qué me gusta tanto Alemania y parte de la culpa la tienen las excelentes personas que allí me ayudaron en los comienzos.

Compartimos una cena y unas copas y después de acompañarlas a casa como caballero que soy volví al hostal para arrancarle unas horas de sueño al reloj. Era viernes por la noche y el sábado a las 10 de la mañana cogería el tren que me llevaría a Munich. A esas alturas de la noche no podía imaginar que el tren que iba a coger a la mañana siguiente era uno de los más peculiares que he cogido en toda mi vida...... pero eso es harina de otro costal.

Amig@s, os contaré más en la siguiente entrega: "Stuttgart - Munich" o "El Tren del Borracho".

Abrazos y besos a tod@s.

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