Hola chic@s. El otro día prometí escribir más a menudo, y después por el facebook comenté sobre "El Señor Inquietante", así que he creído que era un buen momento para contaros esta pequeña historia.
¿Quién es "El Señor Inquietante" y cómo comienza esta historia? Bueno. Ya sabéis que desde hace un año y medio (más o menos) estoy viviendo en Madrid. Nuestro pequeño piso da a un patio interior (en nada parecido a los viejos y grises patios madrileños) con pequeños jardines. Es un patio muy fresquito, lleno de pájaros (que fastidian los despertares de Susana) y que le da a la casa una tranquilidad enorme, porque no se oye NADA de ruido de la ciudad.
Después de describir el patio perfecto os preguntaréis que cual es su "pero". Pues si, el patio tiene un pequeño "pero" y es que los vecinos son realmente curiosos.
Si bien es cierto que a Susana le mola más la vida "a la europea" sin cortinas, también es cierto que los vecinos son demasiado cotillas, lo que en Guadalajara llamaríamos "chumetas".
Y en concreto tenemos problemas con nuestro vecino "El Señor Inquietante".
El Señor Inquietante es un vecino que suele salir a la terraza con la principal finalidad de mirar fijamente a nuestro salón. Cierto es que maquilla sus salidas terraciles con acciones tan normales como echarse un pitillo, regar las plantas, mirar al cielo, mirar al suelo, echarse otro pitillo.... pero siempre SIEMPRE SIEMPRE tiene esa mirada inquietante centrada en nuestro salón, y por supuesto, en lo que estamos haciendo nosotros dentro.
¿Cuando comenzó todo ésto? ¿Cómo nos dimos cuenta? Pues la verdad es que ni me acuerdo. Se que un día al llegar a casa y sentarme en el sofá me dio por mirar por la ventana y me encontré con la mirada del Señor Inquietante. Por supuesto, El Señor Inquietante no apartó la mirada, ni se inmutó, pero a mi me dio un pequeño escalofrío, esos escalofríos que te dan cuando sientes la mirada de alguien, cuando ves pasar un gato negro, o en el caso del niño del sexto sentido, cuando sientes la presencia de un fantasma, jejejeje.
Poco a poco El Señor Inquietante se fue colando en nuestras vidas. Sin darle nuestro permiso el contempló nuestras idas y venidas, llegadas de fin de semana, salidas de viaje, fiestas para todos los públicos, fiestas solo para algunos públicos, invitados que se quedaban a dormir (si chic@s, también os tiene en su punto de mira), comidas, cenas, postres, risas, lloros.....
¿Y qué sabemos nosotros del Señor Inquietante? Pues por ahora hemos podido reunir muy poca información. Al parecer vive él (varón, unos 65 años, alto, calvo, delgado, le gusta fumar y regar las plantas) con otro señor menos inquietante (un poco más joven y corpulento, de pelo cano) y con una mujer que creo que sufre en carnes lo que nosotros sufrimos en miradas (de ella sólo sabemos que le gusta bajar las persianas de casa).
Un día Susana pudo topárselo en el portal y adivinó que tenía acento alemán. Desde entonces cientos de locas teorías se rifan el primer puesto a la "Historia sobre El Señor Inquietante". Desde la teoría de que es un viejo y rico conde alemán que está buscando un heredero de su enorme fortuna entre sus vecinos, hasta la loca idea de que es uno de esos soldados "de la vieja guardia" (mi educación cuasi alemana me impide escribir ciertos nombres y grupos políticos en público) que huyó de los juicios de Nüremberg para esconderse en uno de los barrios más castizos de Madrid.
La verdad es que yo no me atrevo a averiguar más, ni a internarme en "sus dominios" para intentar saber algo más. Le tengo miedo, le tengo mucho miedito, y solo espero que no se vuelva loco un día y se ponga a disparar contra sus vecinos..... Estoy seguro de que Susana es más valiente que yo para estos temas.
Pero bueno, también tengo que admitir que esta historia es una de esas historietas que le dan salsa a la vida. No sabemos realmente quién es el Señor Inquietante, pero nos resistimos a correr las cortinas porque en el fondo, muy en el fondo, deseamos que nos mire..... y quizá..... dentro de poco.....que nos convierta en los herederos de su impresionante fortuna...
Un abrazo para ellos y besitos para ellas.
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